¿Un producto con un alto porcentaje de contenido reciclado es respetuoso con el medio ambiente?

La verdad es que “contenido reciclado” y “reciclabilidad” son dos conceptos distintos. Para conseguir un ciclo de materiales infinito que evite la generación de residuos se necesitan las dos cosas.

Existe una demanda creciente de aumentar el contenido de materiales reciclados en los envases.

Ahora bien, el concepto “contenido reciclado” se refiere a la vida anterior de un producto. No garantiza que el producto actual vaya a reciclarse una vez llegue al final de su vida útil.

Aunque un producto incorpore un contenido reciclado muy alto, si no existe demanda de sus residuos y no se recicla de nuevo, los recursos y la energía que se consumen al fabricarlo se desperdician.

Cuando la demanda de residuos es mayor que la oferta —como ocurre con la chatarra de acero—, la mejor estrategia es centrarse en aspectos como la tasa de reciclaje, con el fin de aumentar la disponibilidad de la chatarra.

El contenido reciclado puede ser una métrica útil para aquellos materiales para los cuales el residuo disponible supera la demanda del mercado. De hecho, puede funcionar como un mecanismo para incentivar el uso de residuos en lugar de materiales vírgenes. Este es, por ejemplo, el caso de los plásticos. Si los fabricantes procuran que los productos incorporen porcentajes más altos de contenido reciclado, se podría reducir el excedente de residuos y evitar que se introduzca más material virgen en el ciclo.

Por otro lado, que algo sea reciclable en teoría no significa necesariamente que se recicle en la práctica. 

Cuando vemos un envase que “puede reciclarse”, la pregunta que debemos hacernos es: “¿realmente se recicla?”.

  • ¿Se recicla de forma generalizada o solo en un pocos lugares?
  • ¿Es fácil separar sus distintos componentes o materiales?
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  • ¿Se puede reciclar todo el envase o hay algunas partes difíciles?
  • ¿Se puede reciclar una vez, dos, indefinidamente…?
  • ¿Es económicamente viable reciclarlo o solo si existen subvenciones?

Muchos materiales pasan por ser “100% reciclables”, pero luego resulta que ni el proceso es económicamente viable ni se produce un material con un mercado claro. Ese es el dilema actual que plantean los plásticos, o la mezcla de plástico y aluminio que se obtiene al reciclar briks.

En cambio, el acero que se utiliza en los envases, ya sean latas de comida o de bebida, aerosoles, productos domésticos o tapas, sí que se recicla y se utiliza para fabricar nuevos productos, como coches, edificios, aerogeneradores o, por qué no, nuevos envases. Tiene una clara demanda y un valor atractivo.

El acero es 100% reciclable. Actualmente se recicla el 84% de los envases de acero, frente al 51% de los briks [1] o el 41% de los plásticos [2]. Además, los envases de acero se pueden reciclar una y otra vez, a diferencia de lo que ocurre con otros materiales de envasado que pierden cualidades cada vez se reciclan y, por tanto, solo admiten un número limitado de ciclos de reciclaje.

La chatarra de acero es un componente necesario en el proceso de producción de acero nuevo. Por tanto, se puede decir que todas las acerías actúan también como plantas de reciclaje.  Precisamente por eso, existe un mercado muy claro para toda la chatarra de acero que se recoge. Además, en Europa hay más de 500 plantas de reciclaje, de modo que el reciclaje de acero es un proceso bien establecido y eficiente.

En paralelo, la nueva legislación está preparando requisitos adicionales que probablemente afecten no solo a la notificación de las cifras de reciclaje de los envases compuestos, sino también al modo de cálculo de esas cifras.

Según Zero Waste Europe, un problema de muchos formatos de envase, en particular de los briks, es que mientras el peso “comercializado” (el denominador en el cálculo de la tasa de reciclaje) es el envase puro, el peso “reciclado” (el numerador del cálculo) suele incluir otros elementos, como restos de alimentos y bebidas presentes en los envases, o suciedad y otros contaminantes que se “pegan” al interior o en el exterior del envase.

De acuerdo con el nuevo método de medida del reciclaje de la UE, aplicable a los datos a partir de 2022, todas estas pérdidas de proceso tendrán que deducirse del material contabilizado en las cifras de reciclaje. Seguramente, eso hará que las tasas de reciclaje de los materiales compuestos, como los briks, disminuyan por debajo de los valores actuales.

[1] https://www.beveragecarton.eu/news/ace-announces-increased-recycling-rate-for-beverage-cartons/

[2] 2019 Eurostat data