Para ser ecológicos… ¿los envases deben ser renovables?

EN REALIDAD… para hacer un uso más eficiente de los recursos se deben utilizar materiales circulares que no se conviertan en residuos.

En los últimos cinco años, el panorama del sector de los envases ha experimentado grandes cambios debido a la presión legislativa y de la opinión pública en favor de una economía más circular.

El uso de materiales renovables no deja de ser propio de un patrón de consumo lineal, en el que los materiales se desechan y se sustituyen por otros. En el caso de la madera utilizada para fabricar el papel o el cartón, los materiales de sustitución pueden tardar hasta sesenta años en regenerarse o pueden incluso ser insustituibles, como ocurre con los bosques vírgenes[1].

El diseño circular exige un bucle cerrado en el que los recursos se reutilizan para nuevos fines; se trata de un proceso en el que los recursos pasan por distintos ciclos asumiendo varias formas, dentro de un bucle de reutilización o reciclaje. Estos recursos no se convierten en residuos.

Por ello, sostenemos que los envases más respetuosos con el medio ambiente son los fabricados con materiales que pueden reciclarse muchas veces, y no con materiales renovables.

 Ya en 2012, el Parlamento Europeo votó a favor de clasificar el acero y otros metales en una nueva categoría de recursos denominada “materiales permanentes”, que se añadió a las ya existentes: “renovables” y “no renovables”. Más recientemente, el Parlamento Europeo puso de relieve el concepto de materiales permanentes en su informe sobre el Plan de acción para la economía circular (CEAP 2.0) de la Comisión, reconociendo su importancia clave en la transición de una economía lineal a una totalmente circular.

Un material permanente se define como aquel cuyas propiedades inherentes no cambian durante el uso, por más que se recicle una y otra vez para fabricar nuevos productos. El reciclaje no requiere necesariamente la adición de materias primas o aditivos para conservar la función y las propiedades básicas del material[2].

Gracias a la posibilidad de reciclarlos muchas veces, los productos y envases fabricados con materiales permanentes como el acero se mantienen dentro del bucle de materiales, y se convierten una y otra vez en recursos para otros productos y envases.

El acero producido hace décadas puede seguir reciclándose hoy en día y utilizarse para fabricar nuevos productos de acero: un tren, un coche o, incluso, otra lata. De hecho, Worldsteel calcula que el 75 % del acero producido a lo largo de la historia continúa utilizándose en nuestros días.

Si se tiene en cuenta este reciclaje múltiple en lugar del ciclo de reciclaje único empleado actualmente en los estudios de ECV, el potencial de calentamiento global (PCG) de las chapas de acero laminadas en caliente y galvanizadas en caliente se reduce aproximadamente un 50%[3].

La consultoría suiza Carbotech y un grupo de expertos del sector de los envases de metal han elaborado una categorización más detallada y precisa de los materiales de envasado en su informe de 2014 “Permanent Materials, Scientific Background”

Descargar el informe

[1]Fuente FAO

[2] Materiales permanentes, informe final, Carbotech AG 2014

[3] ÖKOBILANZ NACH ISO 14040/44 FÜR DAS MULTIRECYCLING VON STAHL (Sabrina Neugebauer, Prof. Dr. Matthias Finkbeiner)