Son mucho más que seguros, ya que conservan los productos en buen estado hasta 5 años, lo que los convierte en un aliado clave en la lucha contra el desperdicio de alimentos y la mejora de la seguridad alimentaria.
La industria siderúrgica sigue de cerca todas las normas, leyes, directivas y reglamentos sobre seguridad de los productos químicos (como REACH) y materiales en contacto con alimentos. El acero de la UE y los envases que se fabrican con él cumplen o superan en todo momento las expectativas de seguridad.
La industria tiene un fuerte compromiso con la producción de materiales de alta calidad. Los productos que se fabrican con ellos son seguros para la salud de las personas (trabajadores y consumidores) y también para la del medio ambiente.
La hojalata es un material de envasado de alimentos conocido desde hace mucho, lo que significa que existe una experiencia y conocimiento considerable sobre su seguridad cuando se pone en contacto con alimentos.
Por sus cualidades, las latas de acero son indispensables en los bancos de alimentos y constituyen también un recurso esencial en la lucha por la seguridad alimentaria y contra el desperdicio de alimentos.
El proceso de enlatado consiste en utilizar latas estancas al aire, que se calientan para esterilizar los alimentos que contienen. Continúa siendo uno de los métodos más seguros y extendidos para mantener las vitaminas y otros nutrientes vitales de la comida.
Desde que las latas empezaron a utilizarse hace más de 200 años, no han dejado de introducirse avances en los procesos, a medida que la investigación ha ido revelando información sobre los efectos del tratamiento térmico. La industria moderna de envasado está extremadamente bien controlada. Tanto los productos como las instalaciones de producción se someten a inspecciones regulares, en especial a escala microbiológica. En otras palabras, cuando compran comida enlatada, los consumidores pueden estar seguros de su calidad y seguridad.
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